La pasión por la viticultura nace muy pronto para Paolo, el primogénito de la familia Suzzoni, que luego decide seguir un curso en la escuela agrícola de Borgo.
Apoyado por su padre Antoine, adquiere algunas parcelas y logra establecerse.
El sueño ha sido lanzado. A pesar de un período aficionado para la viticultura isleña, Paul y su padre plantaron sus primeras vides de Niellucciu en 1973 en los municipios de Lumiu y Montegrosso y vinificaron su primera cuvée tres años después.
Etienne, el hijo más joven, se hizo cargo de la gestión de la propiedad en 1986 después de estudiar medicina veterinaria en París. Apasionado de su tierra y consciente de las potencialidades de los vinos de Calvi, ha invertido en terrenos con la óptica de ampliar la superficie del viñedo.
Hoy en día, la propiedad cuenta con 64 hectáreas de viñedos, 12 hectáreas de olivares y tiene un ganado de 40 animales que pastan en más de 30 hectáreas de prados y robledales.
En 2016 la transmisión familiar escribe un nuevo capítulo del Clos con la llegada de Paul-Antoine, el primogénito de Etienne, que pudo así vinificar la 40ª cosecha de Clos Culombu.